Según muestra esta fotografía, en 1906 aún se conservaban las ruinas de la espléndida iglesia de la Compañía de Jesús, destruida por el terremoto del 16 de agosto de 1868, donde perecieron 5000 de los 7200 habitantes que tenía Ibarra. En toda la provincia, perecieron cerca de 20000 personas.
La herencia académica y un realismo romántico son parte fundamental de la obra de Luis Toro Moreno.
(Colección Enrique Ayala Mora, Universidad Andina Simón Bolívar)
La imagen de la mujer desde el canon del romanticismo, visto por Rafael Troya.
Al actual parque Pedro Moncayo, en la primera mitad del siglo XX, serviría también como plaza.
Al fondo, se aprecia El Torreón.
Como una suerte de postales para viajeros, los tipos de costumbres eran muy populares a finales del siglo XIX. En la gráfica se observa a un vendedor de macanas, textiles, en una obra anónima.
Joaquín Pinto. como muchos de los artistas de finales del XIX, realizaron bocetos en torno a los indígenas.
Nicolás Gómez continuó la línea emprendida por Rafael Troya, quien también realizó panorámicas de Ibarra, desde el sector del El Mirador. La obra fue dedicada a Jacinto Jijón y Caamaño.
(Colección Jorge Luis Villalba)
Los viajeros extranjeros a finales del XIX documentaron abundantemente en torno al terremoto de Ibarra, como esta ilustración de Riou, siguiendo un boceto de Édouard André, parte del proyecto del "Le tour de monde", que abarcó desde Asia a América y que pasó por estas tierras.
El diseño de Riou, siguiendo el boceto de Édouard André, como parte del Tour del Mundo, iniciativa editorial, muestra una vista panorámica de Ibarra y el volcán Imbabura, desde el sector de El Olivo, la actual Universidad Técnica del Norte.
Miguel Ángel Rosales, cronista visual de la provincia, captó esta imagen a mediados del siglo pasado, que muestra a una Otavalo señorial.